
Su vida...
Su padre era polaco y su madre alemana, y se conocieron en un gueto, del que escaparon. Jacobo Winograd llegó a la Argentina junto a sus padres y tres hermanas (de los cuales dos son mellizas) cuando tenía 4 años. Se instalaron en el barrio de Mataderos, y al poco tiempo, su madre los abandona. Debido a la precaria situación económica y a la dificultad para criar a sus hijos, el padre de Jacobo decide internarlo en un asilo de niños de Burzaco, y a sus hermanas a un colegio de mujeres. A la edad de veintidós años, estuvo preso un mes por promesa de boda. Según relata el mismo: "Era la hija del comisario, fue durante la época del proceso. Como no me casé me mandaron preso, pero salí en menos de un mes". Tiene una hija, llamada Nazarena.
A lo largo de su vida se dedicó de manera "oficial" a los negocios del transporte. Sin embargo, a partir de 1995 comenzó a entrar en el círculo actoral, que luego lo llevaría a trabajar en la televisión. Filmó varias películas en los 90, siendo "Trampa para gatos III: el regreso de Jacobo" la última, filmada en 1999.
Su salto a la fama se produciría en 1996, participando en el programa Mediodía con Mauro, del conductor Mauro Viale, opinando sobre el Caso Cóppola. Allí, participaba junto a otros invitados y personajes de la baja farándula, que debatían sobre la realidad del país. Durante fines de los años 90 y hasta la actualidad, continuó asistiendo a programas del espectáculo y convirtiendose un destacado personaje popular por su interminable legado de célebres frases.